hasta que se detiene y todo vuelve a comenzar :)beso!
Muy cierto :).
Muy cierto.Besos amigo.
El incendio que destruye el bosquees para el tiempo del bosqueun simple bostezo.El hombre, que sueña más rápido que el fuego en que se quema su deseo, apenas sabe nada del suicidio de sus células,de su amor por la mujer.Lo que para nosotros es un grito, para el bosque es un suspiro.
La imagen comparativa es sencillamente magnífica.Felicitaciones, Ignacio.ABRAZO INFINITOSIL
El parásito para sobrevivir debe alimentarse del cuerpo de quien es enemigo... (por eso mantén cerca a tus amigos y aún más cerca a tus enemigos!)
Somos árboles inflamables, es tan fácil olvidarlo...Un abrazo bien grande Ignacio.
Esto es tremendo por su realismo y por sus aplicaciones como metáfora.Baste ver el panorama que hemos creado los propios humanos para llegar al convencimiento que estamos cavando con ahinco nuestra propia tumba.Saludos.
Y apesar de abrasarnos pues vivimos justo en el centro del bosque continuamos una y otra vez prendiéndolo. Nos puede más el deseo de verlo arder que el instinto de supervivencia.....como botón para esta chaqueta...la energía nuclear.Saludos.
Pero resurge siempre jejeje...
hasta que se detiene y todo vuelve a comenzar :)
ResponderEliminarbeso!
Muy cierto :).
ResponderEliminarMuy cierto.
ResponderEliminarBesos amigo.
El incendio que destruye el bosque
ResponderEliminares para el tiempo del bosque
un simple bostezo.
El hombre, que sueña más rápido que el fuego en que se quema su deseo,
apenas sabe nada del suicidio de sus células,
de su amor por la mujer.
Lo que para nosotros es un grito, para el bosque es un suspiro.
La imagen comparativa es sencillamente magnífica.
ResponderEliminarFelicitaciones, Ignacio.
ABRAZO INFINITO
SIL
El parásito para sobrevivir debe alimentarse del cuerpo de quien es enemigo... (por eso mantén cerca a tus amigos y aún más cerca a tus enemigos!)
ResponderEliminarSomos árboles inflamables, es tan fácil olvidarlo...
ResponderEliminarUn abrazo bien grande Ignacio.
Esto es tremendo por su realismo y por sus aplicaciones como metáfora.
ResponderEliminarBaste ver el panorama que hemos creado los propios humanos para llegar al convencimiento que estamos cavando con ahinco nuestra propia tumba.
Saludos.
Y apesar de abrasarnos pues vivimos justo en el centro del bosque continuamos una y otra vez prendiéndolo. Nos puede más el deseo de verlo arder que el instinto de supervivencia.....como botón para esta chaqueta...la energía nuclear.
ResponderEliminarSaludos.
Pero resurge siempre jejeje...
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