El niño prefiere rendirse antes de comprobar que la pistola de juguete es inútil para evitar que el padre lo mande a dormir. Eso sólo con los niños, los adultos suelen apretar el gatillo.
...es que en la Fantasía de la Niñez no hay contaminación..., si el niño apreta el gatillo, es porque está seguro que saldrá agua. Mi beso gigante,Ignacio.
Los adultos somos muy crueles, en muchos casos lastimamos a ese niño sin piedad. Quizas muchos llevamos a un niño o una niña lastimada por dentro. Quizas sea mi caso, y esas heridas de bala cuestan cicatrizar! Besos descalzos.
De cualquier modo conviene rendirse frente a la posibilidad de que alguien apriete un gatillo. Nos deja un margen de salvación. Es bueno aprenderlo de niños, tal como están dadas las reglas actuales del perverso juego de la violencia.
Los adultos aprietan el gatillo con algunas excepciones.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
besos.
Si tan solo pudiéramos volver a pensar u actuar con la misma inocencia con la que lo hacíamos cuando eramos niños...¡cuántas catástrofes evitaríamos!
ResponderEliminar...es que en la Fantasía de la Niñez no hay contaminación..., si el niño apreta el gatillo, es porque está seguro que saldrá agua.
ResponderEliminarMi beso gigante,Ignacio.
Los adultos somos muy crueles, en muchos casos lastimamos a ese niño sin piedad.
ResponderEliminarQuizas muchos llevamos a un niño o una niña lastimada por dentro.
Quizas sea mi caso, y esas heridas de bala cuestan cicatrizar!
Besos descalzos.
Dónde dejamos esa fantasía Ignacio?
ResponderEliminarBesos
Son los adultos, quienes tienen que aprender de los niños, muchas veces.
ResponderEliminarBesos!
Los adultos no saben ni cuando ni dónde termina el juego.
ResponderEliminarSon así de ingenuos.
Un besito.
Peter Pan sería tan feliz con los que no lo apretaríamos..
ResponderEliminarMuy bueno, Ignacio.
Cariños!
Joder!! Que fuerte, genial.
ResponderEliminardruida,
Los niños nos dan muchas más enseñanza que al contrario... y todas sus acciones o decisiones son muy sanamente inpulsadas.
ResponderEliminarSaludos, esencia.
Y asì es que muchas veces pienso en cuànta desgracia le damos a la vida al crecer...
ResponderEliminarBESITOS CÌCLICOS
Los adultos me dan pena, no se que haría si dejara por un minuto de ser la niña que soy, que no te engañe mi apariencia o mis palabras, besos.
ResponderEliminarDe cualquier modo conviene rendirse frente a la posibilidad de que alguien apriete un gatillo.
ResponderEliminarNos deja un margen de salvación.
Es bueno aprenderlo de niños, tal como están dadas las reglas actuales del perverso juego de la violencia.
TREMENDOOOOOOOOOOOO
Beso.