La pobreza es una excusa para que el delincuente deslinde responsabilidades mayores. La pobreza y la delincuencia no tienen por qué ser correlativas, bastante estigma tiene el pobre, para que todavía se lo tilde de delincuente. Dos problemas diferentes, dos miradas que debemos dirigir sin pestañear para buscar soluciones.
Si sólo fuera indiferencia, de algunos otros agravantes deberemos responder, mostar con indecencia lo que nos sobra frente a quien nada tiene, por ejemplo.
Esta vez no lo comparto, Ignacio. Aún siendo indiferentes no somos cómplices. Alguna vez dije - creo- que supe lo que es no poder dormir del ruido a panza vacía, épocas difíciles donde mi preocupación era que me alcanzara mi sueldo de docente para darle de comer a mi hijo. De ahí mi hambre, ...pero jamás se me ocurrió delinquir!! Cuando la necesidad lleva al delito es porque falta educación, si se tiene educación uno sale a buscar el pan barriendo veredas ajenas, lavando ropa ajena, haciendo mandados ajenos...
Y por no estar de acuerdo, hoy mi beso gigante es doble.
No sé qué entiendes por indiferencia. La indiferencia ante una injusticia, si nos puede hacer complices. Pero con las injusticias, nada es verdad o es mentira, todo depende del cristal con que se mira.. Es hora ya de dejar de quejarse, de pensar en nuestros derechos y en los de los demás, y empezar a con los deberes y las obligaciones: TRABAJAR. Trabajar, sí. Que la gandulería es la peor enfermedad, muy contagiosa y endiabladamente dificil de curar.
La complicidad mata al ser humano!!
ResponderEliminarReal y reflexiva entrada!!
Un abrazo!!
AMÉN.
ResponderEliminarHas descripto en un tris, uno de los problemas que está hundiendo a nuestro país... ahora mismo, en cada rincón de su vastísimo paisaje.
Beso enorme.
SIL
La pobreza es una excusa para que el delincuente deslinde responsabilidades mayores. La pobreza y la delincuencia no tienen por qué ser correlativas, bastante estigma tiene el pobre, para que todavía se lo tilde de delincuente.
ResponderEliminarDos problemas diferentes, dos miradas que debemos dirigir sin pestañear para buscar soluciones.
Cariños.
Y ese peso llevamos todos los días sobre la espalda, y empeñados en vivir pese a ello, a veces...
ResponderEliminarSi sólo fuera indiferencia, de algunos otros agravantes deberemos responder, mostar con indecencia lo que nos sobra frente a quien nada tiene, por ejemplo.
ResponderEliminarNo podemos resolver el problema de todos los pobres del mundo. Apenas resolveríamos el de uno.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Esta vez no lo comparto, Ignacio.
ResponderEliminarAún siendo indiferentes no somos cómplices.
Alguna vez dije - creo- que supe lo que es no poder dormir del ruido a panza vacía, épocas difíciles donde mi preocupación era que me alcanzara mi sueldo de docente para darle de comer a mi hijo. De ahí mi hambre, ...pero jamás se me ocurrió delinquir!!
Cuando la necesidad lleva al delito es porque falta educación, si se tiene educación uno sale a buscar el pan barriendo veredas ajenas, lavando ropa ajena, haciendo mandados ajenos...
Y por no estar de acuerdo, hoy mi beso gigante es doble.
ademas la mayoría de las personas somos pobres en algún aspecto :/
ResponderEliminarCómplices también de la necesidad que también permitimos con indiferencia.
ResponderEliminarNo sé qué entiendes por indiferencia.
ResponderEliminarLa indiferencia ante una injusticia, si nos puede hacer complices. Pero con las injusticias, nada es verdad o es mentira, todo depende del cristal con que se mira..
Es hora ya de dejar de quejarse, de pensar en nuestros derechos y en los de los demás, y empezar a con los deberes y las obligaciones: TRABAJAR. Trabajar, sí. Que la gandulería es la peor enfermedad, muy contagiosa y endiabladamente dificil de curar.
Un saludo.
nunca mejor explicado !
ResponderEliminarni la indiferencia, ni la falta de educación, ni nada que busquemos. solo las debilidades llevan a los malos actos, en este caso, el delito.
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